Traducción al Español por Nicolás Boqué
En 2011 me aventuré en una búsqueda para conocer a la Diosa, y mi punto de
inicio fue Venus. Mi Venus natal está a 10º de Libra, en la mirilla de la
cuadratura de Urano-Plutón, que estaba empezando a tomar temperatura. Sentía
una intensidad de vida-o-muerte en relación a descubrir y reclamar el Sagrado
Femenino, en mi propia vida y en la vida del colectivo. Sabía cómo se veía el
femenino en sombra: obsesión con la apariencia y un estándar de belleza
inalcanzable; codependencia y adicción al romance; desordenes de alimentación y
de posesividad (acaparamiento, hiperconsumo). Pero no tenía un punto de
referencia para un femenino empoderado y liberado. Como dijo Marion Woodman, “…es tan difícil hablar sobre lo femenino…
porque pocas personas lo han experienciado”(1)
Muy
temprano en mi Proyecto Venus, apareció María Magdalena, totalmente inesperada
y sin invitación. No fui criada en la Iglesia y no tenía un interés particular
en el Cristianismo, así que mi reacción inicialfue, “Qué tiene que ver María Magdalena con todo esto?” Pero una vez que
empecé a indagar en su historia, lo entendí. Por los últimos 2000 años, durante
la Era de Piscis, el Cristianismo fue el paradigma dominante en el Oeste, y
estamos todos sumidos en un sistema
de creencias que distorsionó y disminuyó al femenino. Pude ver que ir hacia
atrás, desde el final hasta las raíces de la Era de Piscis, revelando y
transformando la historia de la “Diosa oculta” de la Cristianidad, fue esencial
para mi proyecto. Pero me sorprendí al encontrar numerosos vínculos explícitos entre Venus y María
Magdalena. Este artículo explora algunos de esos descubrimientos y lo que
pueden significar para recuperar el Sagrado Femenino.
Sanando el Paradigma Pisciano
Mientras
salimos de la Era de Piscis, que comenzó alrededor del tiempo en que nació
Cristo, las distorsiones y sombras de la era que se cierra están siendo traídas
a la luz, maduras para su sanación. Las opiniones sobre cuándo termina una era
y empieza la siguiente varían ampliamente – algunos dicen que ya estamos en la
Era de Acuario, y algunos creen que no estaremos allí por un par de siglos más.
Más que el momento exacto del cambio, lo que parece importante es el
reconocimiento de que estamos en la
transición – un tiempo de turbulencia y caos acrecentado, mientras un
paradigma muere y otro nace.
El
símbolo de Piscis son dos peces nadando en direcciones opuestas pero unidos,
representando la realidad física y la invisible, la materia y la energía, el
cuerpo y el espíritu. Piscis es la paradoja divina: somos de este mundo, y no
somos de este mundo, conciencia infinita y, mientras encarnamos, confinados a
los límites del espacio y el tiempo. Como el último signo del Zodíaco, Piscis
también significa unidad, totalidad. Al final del ciclo, todo se disuelve de
vuelta en el océano de la conciencia, regresando a la Fuente.
El
Cristianismo temprano estaba constituído por una amplia gama de sectas,
enseñanzas y prácticas, y el Imperio Romano primero respondió a esta nueva
religión persiguiéndola. Pero eso cambió en el 313 d.C., cuando el emperador
Constantino adoptó el Cristianismo como religión del Estado. Para el 325 d.C.,
Roma había codificado una version “odifial” del Cristianismo, (2) – una que
servía a los intereses del Imperio. La ortodoxia Cristiana fortaleció la
sombría creencia Pisciana de que el espíritu y la materia estaban separados,
exaltando al primero y demonizando al último. El Espíritu es masculino,
mientras lo “inferior” del cuerpo y la materia es femenino. Dios está fuera
nuestro. El Cielo es donde vamos cuando se acaba el sufrimiento aquí en la
Tierra. El Sexo es pecado, entonces estamos todos condenados desde el
principio. Y si queremos hacer un puente entre espíritu y materia, la comunión
con lo Divino, necesitamos un mediador externo, un pastor o sacerdote (hombre).
Mientras
transicionamos fuera de la era de Piscis, los viejos paradigmas están
derrumbándose y la Iglesia está en crisis. Escándalos de abuso sexual –
secretos de larga data guardados por el Vaticano – hacen erupción hacia la
corriente principal. Más que una anomalía perversa, resulta que un chocante
número de casos de abuso sexual infantil han sido reportados, y cubiertos por
las autoridades de la Iglesia, por cientos de años (3). El rechazo del
cuerpo/materia, de la sexualidad, de lo femenino, como vergonzoso y pecaminoso,
tuvo un alto precio, pagado sobre todo por niños y mujeres.
El renacimiento de María Magdalena
Reflejando
el cambiante paradigma de Piscis y el hambre de la cultura por el retorno del
Divino Femenino, María Magdalena está haciendo un retorno dramático. Por los
últimos 2000 años, ocupó el rol de prostituta, en contraste con la virgen,
actuada por su contraparte la Madre María. Pero la verdad es que no hay
descripción de María Magdalena como una prostituta en las escrituras. De hecho,
no le fue asignado este rol hasta el 591 d.C. (4). El retrato de María
Magdalena como una “pecadora en recuperación”, escribe la erudita bíblica
Cynthia Bourgeault, es “casi totalmente una invención de la patrística y la
piedad medieval Occidental (entrelazada con algunas no-tan-piadosas agendas
políticas).”(5) Incluso el Vaticano admitió su error y revocó su designación
como prostituta en 1969, pero nadie parece haber tomado nota de ello, y su
imagen como la puta penitente persiste. (6)
Mientras
la mayoría de los Cristianos sigue sin haberse enterado de la desclasificación
de María Magdalena como una puta, muchos también ignoran los evangelios
Cristianos alternativos: el Evangelio de María Magdalena, descubierto en 1896,
y los Evangelios Gnósticos de Nag Hammadi, descubiertos en 1945. En estas
versiones de la vida de Cristo y sus enseñanzas, la Diosa “oculta” no está tan
oculta. Las mujeres juegan un rol mucho más central y son respetadas como
iguales, mientras que María Magdalena aparece como la bien amada discípula de
Cristo, “el Apóstol de Apóstoles.” Bourgeault explica: “María Magdalena es
vista como la ‘primera entre los apóstoles’…
porque ella capta el mensaje. De todos los discípulos, ella es la única que
comprende totalmente lo que Jesús está enseñando y puede reproducirlo en su
propia vida.” Ella también es presentada como la compañera íntima de Cristo,
con fuertes sugerencias de un componente erótico en su relación. (7)
El
salvajemente popular Código Da Vinci de
Dan Brown – primero como novela (2003) y luego como película de Hollywood
(2006) – desafía al Cristianismo ortodoxo con una visión alternativa de María
Magdalena. El Código Da Vinci pone en
movimiento la idea de que Jesús y María Magdalena eran marido y mujer, y que el
“Santo Grial” no es alguna copa especial o cáliz, sino la línea de sangre
sagrada de su descendencia. Sin embargo, la supresión y distorsión de la identidad
de María Magdalena en los evangelios del Nuevo Testamento, sugieren que su rol
era más radical y menos socialmente aceptable que simplemente ser la esposa de
Jesús. De acuerdo a la investigadora Lynn Picknett, “la más importante
evidencia de que no estaban casados es la flagrante omisión: simplemente, no
hay mención de una ‘Miriam, esposa del Salvador’, o ‘María, mujer de Cristo’, en
el Nuevo Testamento ni en ninguna de las escrituras Gnósticas conocidas.” (8)
María la Portadora de la Luz
Los vínculos explícitos entre María Magdalena y
Venus tal vez apuntan a la verdadera identidad de María. En el sur de Francia,
donde María Magdalena estableció su sacerdocio luego de la crucifixión, era
conocida como “María Lucifera”, o “María, la portadora de la luz”. (9) En la
actualidad, Lucifer es popularmente asociado con el diablo, fusionado con la
figura de Satán, pero para los antiguos Romanos, Lucifer (Latin para “portador de la luz”), se refería a la Estrella
del Amanecer, es decir, Venus. Picknett explica: “Esta era una tradición:
diosas paganas eran conocidas por ejemplo como ‘Diana Lucifera’ o ‘Isis Lucifer’,
significando su poder para iluminar la mente y el alma… para abrir tanto el
cuerpo como la psique a la Luz Sagrada.” (10)
El planeta Venus tiene una larga historia de ser asociado con el Divino Femenino. La más Antigua historia de la Diosa (hasta donde sabemos) es el mito sumerio de Inanna, Reina del Cielo, registrado en tablillas cuneiformes aproximadamente en el 2500 a.C. El astrólogo chamánico Daniel Giamario (entre otros) ha correlacionado la historia de la Diosa Sumeria – su descendencia al inframundo y su retorno – con el ciclo astronómico de Venus (su ciclo sinódico) (11). Cada ocho años, Venus traza la forma de una estrella de cinco puntas o pentáculo en el cielo, y las representaciones antiguas de la Diosa suelen incluír la imagen del pentáculo, o a veces una estrella de ocho puntas.
Otro
vínculo intrigante entre Venus y María Magdalena se relaciona con una de las
reliquias poseídas por los Caballeros Templarios, que protegían y pasaban las
enseñanzas “heréticas” de Cristo. Anthony Harris revela que, de acuerdo a los
registros de la Inquisición, entre los objetos tomados de los Caballeros
Templarios había dos piezas de una calavera de mujer, etiquetados “caput LVIII [58]” (caput es la palabra en Latín para “cabeza”). (12) De acuerdo a
Picknett y Clive Prince, se decía que los Templarios hacían cultos a una “cabeza
cortada… [que] podía hacer que florezcan los árboles y se fertilice la tierra”,
y que “representaba a María Magdalena en la interpretación Cristiana” (13).
Arboles que florecen y tierras fértiles son el dominio de Venus, diosa de la
fertilidad.
Como no hay otras “capita”, numeradas del uno al 57, es seguro asumir que 58 es un código. Harris hace una conexión entre el 58 y la Diosa, en el sentido de que cinco y ocho suman 13, el número de ciclos lunares (y menstruales) en un año (14). Pero lo que me asaltó fue la conexión con Venus – cinco y ocho (y su suma, 13) son números sagrados para Venus, porque su ciclo sinódico forma una estrella de cinco puntas en el cielo cada ocho años.
Harris
agrega otra clave al misterio de “caput
58”, en que su inscripción también porta el símbolo de Virgo, el signo
opuesto a Piscis. Durante una Era en particular, el signo opuesto suele estar
distorsionado o denigrado, sirviendo como la sombra oculta de los arquetipos o
temas dominantes. Virgo es el único signo del zodíaco representado por la
figura de una mujer, una mano sosteniendo una espiga de maíz o gavilla de
trigo, y este signo ha sido asociado con la Diosa de la Tierra desde la antigua
Mesopotamia (15). El glifo de Virgo se dice que representa los intestinos – la parte
del cuerpo tradicionalmente regida por Virgo – pero también los ovarios, la
vagina y el útero, que están asociados con el poder femenino para crear vida.
A pesar
de que el uso moderno de “virgen” típicamente significa inexperiencia sexual o
castidad, para los antiguos significaba “entero en sí mismo”, en el sentido de
que la Gran Madre creaba vida por su propia cuenta. Para los humanos
primitivos, crear nueva vida debe haber parecido un súper poder mágico y
milagroso, proyectado entonces en la Diosa, dadora de toda la vida. Vinculando
a María magdalena con Virgo, aquellos intentando preservar las enseñanzas
heréticas de Cristo pueden haber estado señalando su significado como la Diosa
oculta para el Dios de Cristo.
De Sacerdotisa a Prostituta
Virgen
también significa soberana, mujer soltera, frecuentemente refiriéndose a la
sacerdotisa dedicada a la Diosa. Por miles de años, Venus en sus varios
disfraces – Innana, Astarte, Ashtoreth, Isis – recibía culto en templos
atendidos por sacerdotisas que, lejos de nuestra moderna interpretación de “virgen”,
participaban en sexualidad sagrada con miembros de la comunidad. Las
sacerdotisas eran llamadas venerii y
enseñaban venia, prácticas de
sexualidad sagrada para conectar con lo Divino. Las sacerdotisas Venusinas,
escribe Picknett, “daban a los hombres placer extático que podía trascender el
mero sexo: el momento del orgasmo se decía que los propulsaba brevemente hacia
la presencia de los dioses, para presentarles una experiencia trascendente de
iluminación.” Eran principalmente mujeres (y algunos hombres travestidos)
quienes manejaban los ritos sagrados, porque “se creía que las mujeres estaban naturalmente iluminadas”. (16)
Las religions
de las Diosas que florecieron por miles de años fueron brutalmente destruídas
por la embestida de las culturas patriarcales, y el Viejo Testamento describe y
defiende esta destrucción. Merlin Stone revela que “Ashtoreth, la despreciada
deidad ‘pagana’ del Viejo Testamento… era de hecho Astarte – la Gran Diosa,
como se la conocía en Canaan, la Reina del Cielo del Cercano Oriente. Estos
adoradores de ídolos paganos de la Biblia habían estado rezándole a una diosa
mujer.” (17)
La
historia del desalojo de Adán y Eva del Edén es una pieza clave de la
propaganda anti-Diosa. Eva es un personaje decididamente Venusino – las antiguas
diosas eran comúnmente representadas con serpientes, símbolos de poder erótico
y conocimiento espiritual. La manzana es uno de los frutos sagrados de Venus;
cuando la cortas al medio horizontalmente, ves una estrella de cinco puntas.
Ronnie Gayle Dreyer, en su libro sobre Venus, explica que la alegoría del Edén “revierte
el simbolismo contenido en la leyenda sumeria de Inanna, cuyos poderes
regenerativos eran recibidos del árbol del huluppu (palmera de dátiles).
Mientras la sexualidad de Inanna prometía fecundidad de la tierra, la oferta ‘fructífera’
de Eva resultaba en expulsión del Edén y el desposeimiento de sus poderes.”
(18)
La
evolución Europea de Venus seguía un camino similar. Para el tiempo de los
antiguos Griegos, alrededor del 1000 a.C., Venus había perdido sus anteriores
poderes como diosa de la fertilidad y regeneradora de la fuerza de la vida y se
había convertido primariamente en la diosa del amor y la belleza, Afrodita.
(19) Zeus, el rey de los dioses, temiendo que la irresistible belleza de
Afrodita causara rivalidad y guerra entre los otros dioses, la casa con Hefesto.
Afrodita es indiferente a sus votos de matrimonio y tiene aventuras con
múltiples dioses y mortales, agitando turbulentas envidias, rivalidades y
competición femenina (Venus sombría). Ella suele ser representada como vanidosa
y autocomplaciente, interesada sólo en su propia satisfacción erótica. En uno
de sus más infames actos, causa estragos iniciando la Guerra de Troya.
En el paradigma
patriarcal, la sexualidad femenina se ha convertido en un problema – ya no
celebrada, honrada, y ritualizada como el último acto creativo, un regalo a la
humanidad y a la tierra, la fuente sagrada de la vida misma. La satisfacción
sexual de la Diosa no asegura más fertilidad sino que genera sufrimiento y
caos. Así que, ¿dónde va la sexualidad femenina? Mientras los santuarios de
Astarte se comienzan a dedicar a Afrodita, ella se hace cada vez más conocida
como la patrona de la prostitución. (20) El rol de la scerdotisa de la
sexualidad sagrada se transforma en el de la ramera del templo. La sexualidad
en general, y la sexualidad femenina en particular, se convierte en tabú,
pecado, separado y en desacuerdo con la divinidad, relegada a los distritos con
luces rojas más que una parte integral de la comunidad.
María, la Ungida
En los
tempranos días del Cristianismo, había todavía remanentes de la religión de la
Diosa. Una razón por la que conocemos esto es que los primeros patriarcas
Cristianos “denunciaban los templos ‘dedicados al sucio diablo que lleva el
nombre de Venus – una escuela de malicia para los devotos de la impureza’.”(21)
Para quienes eran ignorantes de la función de las sacerdotisas de la sexualidad
sagrada, o cuya cultura y religión se oponía a sus prácticas, las sacerdotisas
podían ser vistas como ordinarias callejeras. (22) Podía referirse a María
Magdalena como una prostituta por más que el simple motivo de despreciar su
carácter – y esta etiqueta, aunque errónea, puede en realidad señalar en la
dirección de la verdad.
Una de
las escenas clave de María Magdalena en los evangelios canónicos era ungir los
pies de Jesús con el preciado aceite de nardo. La palabra “Cristo” literalmente
significa “el ungido”, pero ungir no era una costumbre judía. Más bien, ungir
con aceite de nardo era parte del antiguo ritual pagano del hieros gamos, o matrimonio sagrado.
Ungir la cabeza, los pies y los genitales “era parte del ritual de penetración
durante el rito… en el que el sacerdote-rey era inundado con el poder de dios,
mientras la sacerdotisa-reina era poseída por la gran diosa.” (23)
Poco
después de su unción, Jesús es traicionado por Judas, lo que lleva a su
crucifixión, seguida por su resurrección tres días después. Estos eventos
imitan la historia de Isis y Osiris, así como a Inanna y Dumuzi, Cybeles y
Attis, Venus y Adonis, y otros mitos del matrimonio sagrado. (24) “En todas las
versiones del matrimonio sagrado, la representante de la diosa, en la forma de
su sacerdotisa, se unía sexualmente con el dios elegido antes de su muerte
sacrificial. Tres días después el dios se elevaba de nuevo, y la tierra era
fértil una vez más”. Los evangelios Gnósticos hacen referencia explícita a la
iniciación conocida como “la Cámara Nupcial” (26) ¿Podría ser que el círculo
interno de iniciados de Jesús participara en sexualidad sagrada, y que María
Magdalena, una sacerdotisa entrenada en las artes Venusinas, usara sus artes mágicas
para asistir a Jesús a través de su transfiguración por la muerte y
resurrección?
La noción
de un Jesús sexual podría parecer totalmente lejana para muchos modernos, cuya
visión del Cristianismo ha sido condicionada por siglos de sacerdotes célibes.
Y tanto de la historia del Cristianismo temprano ha sido deliberadamente destruido
y distorsionado (¡y tal vez escondido en el sótano del Vaticano!) que podemos
nunca llegar a saber la verdad de lo que realmente ocurrió. Pero la historia de
la persecución misma – exactamente quién y qué estaba en el blanco de la
Iglesia – puede echar luz sobre este asunto.
La Guerra contra Venus
Roma perseguía “herejes”
en casos aislados, desde el comienzo del Cristianismo, pero no fue hasta la
fundación de la Inquisición en el siglo 13 que la persecución empezó a operar
como una “máquina bien aceitada, altamente dedicada, una cinta transportadora
para empujar a comunidades enteras al Infierno.” (27) Las primeras víctimas de
la máquina fueron los Cátaros, una sécta Cristiana en el sur de Francia que
sostenía la creencia radical de que Jesús y María Magdalena eran amantes – no casados
legalmente, sino amantes. De hecho, Picknett afirma que la Inquisición fue “originalmente
establecida para la interrogación y ejecución de los Cátaros.” (28)
Lo que comenzó
como una persecución de herejes Cristianos dirigida por el Vaticano, se
expandió en un acérrimo ataque sobre las mujeres de Europa – un “femicidio” que
continuó hasta el siglo 18 y resultó en la muerte de entre 60 mil y un millón
de mujeres (por varias razones, es difícil determinar con claridad el recuento
de cuerpos). Aunque algunos hombres también fueron perseguidos por brujería, la
gran mayoría, más del 90 por ciento, eran mujeres. Como escribe Anne Llewellyn
Barstow en Witchcraze: “Tener un
cuerpo femenino era el factor que más probabilidades daba de volver a alguien
vulnerable de ser llamada bruja.” Y el cuerpo femenino era sospechoso: “La
declaración clásica del Malleus
Maleficarum [Martillo de las Brujas], ‘toda la brujería viene de la lujuria
carnal, que en las mujeres es insaciable,’ sumado a la creencia ampliamente
difundida de que las mujeres eran por naturaleza hipersexuadas, malignas y por
lo tanto peligrosas para los hombres.” (29) Mientras la sexualidad parecía ser
el asunto de raíz para el asalto del Vaticano sobre los Cátaros, la sexualidad
era un aspecto significativo de la persecución de las mujeres que continuó por
siglos. Todas las fases del proceso de las presuntas brujas eran sexualizadas –
desde las acusaciones de brujería, que frecuentemente involucraban actos
sexuales con el demonio; hasta la búsqueda y “punción” de los cuerpos de las
mujeres (incluyendo sus genitales) en pos de signos de “la marca de la bestia”
o “el pezón del diablo”; hasta métodos de tortura que eran explícitamente
sexuales; hasta las ejecuciones mismas, que a veces incluían cortarle los
pechos a la mujer antes de quemarla en la hoguera. (Ahondar en este capítulo de
la historia no es para los que sufren del corazón.) En esta guerra contra
Venus, una guerra contra la femineidad, la violencia sexual escindió el
espíritu del cuerpo, por la fuerza y con efectividad. Se volvió peligroso estar
en un cuerpo, especialmente en un cuerpo de mujer.
¿Por qué
fue la relación sexual entre Jesús y María Magdalena tan amenazante para la
Iglesia? ¿y por qué el ultraje a gran escala sobre la sexualidad femenina? Los antiguos
sabían que la sexualidad es una avenida poderosa y de fácil acceso hacia la
conciencia superior y el poder espiritual. Por esto es que Venus era la “portadora
de la luz” – a través del cuerpo, a través de la sexualidad, iluminando la
conciencia. La gente que está anclada en sus cuerpos y conectada con sí misma,
con su ser infinito, espiritual y divino, no son fáciles de controlar o
manipular. Convirtiendo a Jesús en un célibe y demonizando la sexualidad de las
mujeres, el Imperio Romano usó la religión para desempoderar a sus sujetos.
No fue sólo
el Imperio Romano que se benefició con la supresión de lo femenino, pero el más
amplio proyecto Occidental de expandir el imperio. Barstow señala que los años
pico en la caza de brujas Europea, 1560 – 1760, coincidían con la expansión
colonial Occidental y la trata de esclavos del Atlántico. (30) Cate Montana, en
su memoria Desenterrando a Venus,
cuenta una historia que ilumina la conexión entre el colonialismo y el
desempoderamiento de las mujeres. Un punto crucial en su propia comprensión de
lo femenino llega cuando ella entrevista a John Perkins, que vivió y estudió
con la tribu Shuar en el Amazonas. A Perkins le contaron que uno de los roles
de las mujeres – su trabajo más importante, del que dependía la supervivencia
de la tribu – es “decirle a los hombres cuándo es momento de parar... Los
hombres cazan animales y cortan árboles incluso cuando hay suficiente carne y
madera, excepto que las mujeres los traigan hacia dentro.” (31) Perkins cuenta
de un chamán Shuar que visita los Estados Unidos, y pregunta “Dónde están sus
mujeres? Por qué no le están diciendo a los hombres que paren?” (32)
Barstow reporta
que, como un legado de la caza de brujas, las mujeres Europeas se volvieron
miedosas a hablar, y protestaban menos: “De tener, a fines de la Edad Media,
una reputación de ser regañonas y arpías, obscenas y agresivas, las mujeres
empezaron a cambiar hacia el tipo pasivo, sumiso, que las simbolizaba para
mediados del siglo diecinueve.” (33) Siglos de guerra contra Venus, que torturó
al femenino fuera de la existencia e hizo que fuera peligroso para una mujer
hablar alto y francamente, dejó a la civilización industrial libre para dominar
y explotar el planeta y sus gentes.
Reimaginando y Reviviendo a Venus
Nuestra lente
astrológica está necesariamente coloreada por nuestra cultura, y nuestra visión
de Venus ha sido afectada por el arremetimiento contra el femenino. Hemos
proyectado la visión más “pasiva y sometida” de lo femenino, en Venus y en los
signos que Rige – Tauro, Libra y (en su exaltación) Piscis. Por ejemplo,
Geraldine Thorsten, en La Diosa Misma,
nota que “la astrología tradicional… aboga por Aries como el dínamo del
Zodíaco, mientras Tauro viene a ser a lo sumo un amigable bodrio”, pero ella
revela que, en los más tempranos Zodíacos, Tauro era de hecho considerado el
primer signo. Thorsten acredita la democión de Tauro a la transición al
patriarcado: “Nos es familiar la visión patriarcal a través de las
descripciones astrológicas que equiparan la tierra con pasividad … Nuestros
ancestros matriarcales … tenían un sentido muy diferente de la tierra. No sólo
la veían como un regalo para ser compartido y festejado, creían que era una
cantidad muy activa”. (34)
Queriendo
poner en línea esta versión más “activa”, poderosa, y empoderadora de Venus, ahora soy arrastrada a diosas
pre-Afrodíticas como puntos de referencia mitológico. En vez de la Venus de
Boticelli, recatadamente arrastrada a la orilla en su concha (que, incidentalmente,
podría haber sido un código de referencia a María Magdalena) (35), estoy viendo
a Inanna parada en las espaldas de dos leonas, como solía pintársela. Y más que
ver a Venus como el planeta de la pareja y el matrimonio, ahora la veo como la
sexualidad sagrada. Esta es esencialmente la tesis de Demetra George en su
charla sobre “Venus, Vesta y Juno”, en la que argumenta que el asteroide Juno
es mucho más adecuado como indicador del arquetipo del matrimonio de pareja.
Haciendo la sexualidad dominio de Marte (el masculino), nosotros – como la
cultura dominante – hemos ignorado y suprimido las antiguas raíces de Venus como
diosa de la fertilidad y el erotismo, y la conexión entre los dos: cuando la
Diosa estaba bien satisfecha sexualmente, a través de sus sacerdotisas que
encarnaban el Divino Femenino, entonces la tierra era fértil. (36)
Re-uniendo
la sexualidad y lo sagrado, trayendo la divinidad de vuelta al cuerpo, dando
peso a la materia una vez más, mediante su re-infusión con el espíritu – esos creo
que son nuestros principales proyectos aquí al final de la Era de Piscis. Y
pienso que es aquí donde señalan los vínculos entre Venus y María Magdalena:
que mientras la Diosa oculta del Cristianismo es retornada a su lugar legítimo,
es importante que ella sea vista como un ser sagradamente sexual, más que
simplemente la esposa de Jesús.
La
exaltación de Venus en Piscis tal vez apunta a ella como una clave para sanar
el paradigma Pisciano. Mi asociación inicial entre Venus y Piscis fue que
Afrodita nació del mar. Pero he descubierto una asociación entre Venus y Piscis
que antecede al mito Griego. El símbolo de Psicis se dice que viene de la Vesica Pisces (literalmente, “la vejiga
de un pez”), una figura geométrica antigua consistiendo de dos círculos
superpuestos, donde el perímetro de cada círculo intersecta el centro del otro.
La Vesica Pisces ha sido asociado con la Diosa por miles de años, y más
específicamente, con el poder femenino para dar a luz – la figura con forma de
almendra formada por los círculos superpuestos simboliza la vagina. (37)
El
investigador Derek Murphy explica: “En los misterios de Éfeso, la Diosa vestía
este símbolo [Vesica Pisces] sobre su región genital, y en la historia de
Osiris, el pene perdido era tragado por un pez que representaba la vulva de
Isis. De la misma manera, en muchos ejemplos de arte Cristiano, Jesús Cristo
procede de este símbolo, representando su nacimiento de la Diosa.” (38) Murphy
continúa mostrando cómo el símbolo del pez Cristiano de hecho procede de la
Vesica Pisces – que puede verse en la forma central, más las líneas de la cola.
Ahora,
cuando veo el símbolo del pez Cristiano en la parte de atrás de un auto, pienso
“la vulva de María”, y me imagino un paradigma religioso en el que se honre el
cuerpo de la mujer como sagrado, que considere cada nacimiento un “nacimiento
divino”, como si la habilidad para dar vida fuera un milagro, como si la vida
misma fuera un milagro. Me imagino restaurando – re-historiando – a María
Magdalena a su rol como la equivalente espiritual de Cristo, y su Matrimonio
Sagrado como esencial para la apertura de su “cuerpo y psique a la Luz Sagrada,”
en la tradición de las antiguas sacerdotisas Venusinas.
Referencias
y Notas:
1. See: www.feminist.com/resources/artspeech/genwom/conscious.html, "Conscious Femininity," keynote speech for the 2004 Women & Power Conference by Marion Woodman (accessed December 2014).
2. Cynthia Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene: Discovering the Woman at the Heart of Christianity, Shambhala, 2010, p. 30.
3. See the 2012 documentary Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God.
4. Lynn Picknett, Mary Magdalene: Christianity's Hidden Goddess, Magpie Books, 2003, p. 47.
5. Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene, p. 4.
6. Picknett, Mary Magdalene, p. 48.
7. Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene, p. 41.
8. Lynn Picknett, The Secret History of Lucifer: The Ancient Path to Knowledge and the Real Da Vinci Code, Carroll & Graf, 2005, p. 84.
9. Picknett, Mary Magdalene, p. 95.
10. Picknett's The Secret History of Lucifer, which followed her book on Mary Magdalene, seeks to undo this conflation of Lucifer and Satan. See p. xiii.
11. Daniel Giamario, "The Synodic Cycles of Venus," a talk at the United Astrology Conference, 2012.
12. Anthony Harris, The Sacred Virgin and the Holy Whore: The Book that Explodes the Secrets of Religion, Penguin Group, 1998, p. 60.
13. Lynn Picknett and Clive Prince, The Templar Revelation: Secret Guardians of the True Identity of Christ, Simon & Schuster, 1997, p. 121.
14. Harris, The Sacred Virgin, pp. 60 & 62.
15. See: www.skyscript.co.uk/virgo_myth.html, "Virgo: the Maiden," by Deborah Houlding (accessed December 2014).
16. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 59.
17. Merlin Stone, When God Was a Woman, Harcourt Brace Jovanovich, 1976, p. 9.
18. Ronnie Gale Dreyer, Venus: The Evolution of the Goddess and Her Planet, HarperCollins, 1994, p. 63.
19. Demetra George, "Venus, Vesta and Juno: The Erotic, Spiritual and Creative Dimensions in Relationship," a talk for the United Astrology Conference, 1995.
20. Ibid.
21. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 59.
22. Picknett, Mary Magdalene, p. 48.
23. Ibid., p. 58.
24. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 72.
25. Picknett, Mary Magdalene, p. 60.
26. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 65.
27. Ibid., p. 138.
28. Picknett, Mary Magdalene, pp. 31 & 36.
29. Anne Llewellyn Barstow, Witchcraze: A New History of the European Witch Hunts, Pandora, 1994, pp. 16, 135–136.
30. Ibid., p. 12.
31. John Perkins, The Secret History of the American Empire: Economic Hit Men, Jackals, and the Truth about Global Corruption, Dutton, 2007, p. 69.
32. Quoted in Cate Montana, Unearthing Venus: My Search for the Woman Within, Watkins Publishing, 2013, p. 7.
33. Barstow, Witchcraze, p. 158.
34. Geraldine Thorsten, God Herself: The Feminine Roots of Astrology, Avon Books, 1980, pp. 3, 5, 27–28.
35. See Kathleen McGowan's novel, The Poet Prince, Simon & Schuster, 2010 (Book III in her series The Magdalene Line).
36. George, "Venus, Vesta and Juno."
37. See Derek Murphy's article at www.holyblasphemy.net/marys-vulva-jesus-christ-vesica-pisces-and-the-christian-fish-symbol/ (accessed December 2014).
38. Ibid.
1. See: www.feminist.com/resources/artspeech/genwom/conscious.html, "Conscious Femininity," keynote speech for the 2004 Women & Power Conference by Marion Woodman (accessed December 2014).
2. Cynthia Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene: Discovering the Woman at the Heart of Christianity, Shambhala, 2010, p. 30.
3. See the 2012 documentary Mea Maxima Culpa: Silence in the House of God.
4. Lynn Picknett, Mary Magdalene: Christianity's Hidden Goddess, Magpie Books, 2003, p. 47.
5. Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene, p. 4.
6. Picknett, Mary Magdalene, p. 48.
7. Bourgeault, The Meaning of Mary Magdalene, p. 41.
8. Lynn Picknett, The Secret History of Lucifer: The Ancient Path to Knowledge and the Real Da Vinci Code, Carroll & Graf, 2005, p. 84.
9. Picknett, Mary Magdalene, p. 95.
10. Picknett's The Secret History of Lucifer, which followed her book on Mary Magdalene, seeks to undo this conflation of Lucifer and Satan. See p. xiii.
11. Daniel Giamario, "The Synodic Cycles of Venus," a talk at the United Astrology Conference, 2012.
12. Anthony Harris, The Sacred Virgin and the Holy Whore: The Book that Explodes the Secrets of Religion, Penguin Group, 1998, p. 60.
13. Lynn Picknett and Clive Prince, The Templar Revelation: Secret Guardians of the True Identity of Christ, Simon & Schuster, 1997, p. 121.
14. Harris, The Sacred Virgin, pp. 60 & 62.
15. See: www.skyscript.co.uk/virgo_myth.html, "Virgo: the Maiden," by Deborah Houlding (accessed December 2014).
16. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 59.
17. Merlin Stone, When God Was a Woman, Harcourt Brace Jovanovich, 1976, p. 9.
18. Ronnie Gale Dreyer, Venus: The Evolution of the Goddess and Her Planet, HarperCollins, 1994, p. 63.
19. Demetra George, "Venus, Vesta and Juno: The Erotic, Spiritual and Creative Dimensions in Relationship," a talk for the United Astrology Conference, 1995.
20. Ibid.
21. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 59.
22. Picknett, Mary Magdalene, p. 48.
23. Ibid., p. 58.
24. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 72.
25. Picknett, Mary Magdalene, p. 60.
26. Picknett, The Secret History of Lucifer, p. 65.
27. Ibid., p. 138.
28. Picknett, Mary Magdalene, pp. 31 & 36.
29. Anne Llewellyn Barstow, Witchcraze: A New History of the European Witch Hunts, Pandora, 1994, pp. 16, 135–136.
30. Ibid., p. 12.
31. John Perkins, The Secret History of the American Empire: Economic Hit Men, Jackals, and the Truth about Global Corruption, Dutton, 2007, p. 69.
32. Quoted in Cate Montana, Unearthing Venus: My Search for the Woman Within, Watkins Publishing, 2013, p. 7.
33. Barstow, Witchcraze, p. 158.
34. Geraldine Thorsten, God Herself: The Feminine Roots of Astrology, Avon Books, 1980, pp. 3, 5, 27–28.
35. See Kathleen McGowan's novel, The Poet Prince, Simon & Schuster, 2010 (Book III in her series The Magdalene Line).
36. George, "Venus, Vesta and Juno."
37. See Derek Murphy's article at www.holyblasphemy.net/marys-vulva-jesus-christ-vesica-pisces-and-the-christian-fish-symbol/ (accessed December 2014).
38. Ibid.
Fuentes
de las Imágenes:
Sandro Boticelli, The Birth of Venus, [Public domain], via Wikimedia Commons - Leonardo DaVinci, Study for Madonna with the Yarnwinder, 1501 [Public domain], via www.wikiart.org - Carlo Crivelli, Maria Magdalena [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons - Sumerian Relief (Bruney Relief), "Queen of the Night" - George Romney, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons -Georges de La Tour, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons -Nicolas Régnier, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons
Sandro Boticelli, The Birth of Venus, [Public domain], via Wikimedia Commons - Leonardo DaVinci, Study for Madonna with the Yarnwinder, 1501 [Public domain], via www.wikiart.org - Carlo Crivelli, Maria Magdalena [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons - Sumerian Relief (Bruney Relief), "Queen of the Night" - George Romney, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons -Georges de La Tour, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons -Nicolas Régnier, Maria Magdalena [Public domain], via Wikimedia Commons
Emily Trinkaus es la autora de Creando
con el Cosmos: una Guía Astrológica para Despertar y Activar el Poder Creativo,
y su próximo Venus Revolution: una Re-Visión radical de la Femineidad. Ella
también practica BodyTalk y combina la astrología con la medicina energética en
sus sesiones particulares de Astro-BodyTalk. Para más información y para leer
semanalmente su blog, visite www.VirgoMagic.com, encuentra sobre sus clases mensuales a distancia
para mujeres en www.FullMoonPriestess.com,
y contactala en emily@virgomagic.com
© 2015 Emily Trinkaus – primera publicación por The Mountain Astrologer
2 comentarios:
Hermoso tu relato, tambien tengo una venus interesante en mi carta natal y he conectado con ella. Gracias
Exactamente es asi. yo comence haciendo mandalas dibujando la Vesica Pisces sin saber. y en mi carta natal tengo para trabajar mucho piscis acuario en la casa 7, con mi venus reto en virgo casa 1. Es hermoso el despertar
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